Alitas de pollo guisadas con salsa, sin necesidad de una gota de agua, ¡el doble de delicia! Plato especial del padre, ¡cada bocado es el sabor del amor del padre!
Actualizado el: 27-0-0 0:0:0

Una deliciosa receta heredada de mi padre: alitas de pollo guisadas con salsa, ¡que te harán inolvidable!

En lo más profundo de mi memoria, el momento más feliz que pasé fue cuando era niño sentado alrededor de la mesa con mi familia y esperando con ansias la mejor cocina de mi padre. Uno de los platos que siempre se agota en la mesa, una receta secreta que se ha transmitido en nuestra familia durante décadas: alitas de pollo estofadas sin agua.

Este manjar aparentemente ordinario en realidad contiene un rico aroma a salsa y un profundo amor, y cada bocado parece revivir esos días cálidos. Hoy, permítame guiarlo en la historia detrás de este plato hogareño pero extraordinario, ¡y enseñarle cómo replicar fácilmente este sabor sincero!

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Preparación de los ingredientes

Alitas de pollo, pasta de soja, jengibre, cebolla y ajo, vino de arroz

Pasos de cocción:

1. Corte las alitas de pollo enteras de las articulaciones para darle sabor y acortar el tiempo de cocción.

Use un palillo de dientes o un tenedor para hacer agujeros uniformes en la piel y la carne gruesa de las alitas de pollo para ayudar a que la marinada penetre y realce el sabor.

Ponga las alitas de pollo procesadas en un tazón, agregue el jengibre en rodajas y las cebollas verdes, luego agregue dos cucharadas de pasta de soja, una cucharada de salsa de soja ligera, una cucharada de salsa de ostras y un poco de pimienta, mezcle bien y deje marinar durante más de 20 minutos para permitir que las alitas de pollo absorban completamente el condimento.

2. Vierta aceite en una sartén caliente, ponga las alitas de pollo marinadas después de que suba la temperatura del aceite y preste atención a freírlas en tandas para evitar que se peguen.

Freír lentamente a fuego medio-bajo hasta que estén doradas por ambos lados, y ajustar el fuego a tiempo para evitar que se quemen por fuera y por dentro.

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3. Vierta las alitas de pollo fritas nuevamente en la sartén, agregue las cebollas verdes restantes, el jengibre, el ajo y la salsa de soja, y agregue una taza pequeña de vino de arroz, sin necesidad de agregar agua.

Reduzca el fuego a medio-bajo, cubra y cocine a fuego lento durante unos 10 minutos, volteando las alitas de pollo cada pocos minutos para asegurarse de que la salsa se caliente y absorba uniformemente.

Cuando la sopa espese, encienda a fuego alto para reducir rápidamente el jugo hasta que la superficie de las alitas de pollo se adhiera a la salsa viscosa.

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Consejos:

Elegir alitas de pollo frescas y regordetas hace que sea más fácil hacer un delicioso producto terminado.

La miel o el azúcar se pueden agregar adecuadamente de acuerdo con el gusto personal, pero no demasiado para no cubrir el sabor original.

Durante el proceso de cocción, se debe prestar especial atención al control del calor, especialmente durante la etapa de recolección de jugo, para evitar que el fondo se pegue.

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Estas sencillas alitas de pollo guisadas sin añadir una gota de agua contienen la esencia y el corazón de los años de cocina de mi padre. No solo satisface nuestras papilas gustativas, sino que también sirve como un vínculo de afecto familiar.

Cuando vuelvo a casa después de un día ajetreado y pruebo esa comida casera hecha con cuidado, toda la fatiga parece desvanecerse. Espero que todos los que lean este artículo puedan sentir el calor y la felicidad en la cocina y tratar de cocinar una cena deliciosa para ellos y sus familias. ¡Busquemos la belleza extraordinaria en los días ordinarios!